Las personas solemos tener atracción por lo nuevo. En el caso de algunos profesionales se trata de una irrefrenable atracción. También acostumbramos a buscar soluciones fáciles, atajos que nos ayuden a quemar etapas.
Hablando de lo nuevo, la tecnología nos puede ayudar en gran manera. Contribuye a mejorar la eficiencia y la productividad de nuestro despacho.
Ahora bien, ¿Qué es lo esencial? La persona es lo esencial y las personas muchas veces “miramos” demasiado hacia fuera. El punto de partida de la mejora y la competitividad de los despachos es la persona.
Miremos más hacia nuestro interior y sepamos cómo descubrir y desarrollar nuestra mejor versión. Así mejorará nuestra firma, si mejoran nuestros profesionales, desde el socio director o CEO, hasta el profesional junior, con el complemento necesario de la tecnología.
Todos tenemos un potencial (aún) por desarrollar. ¿De quién depende descubrirlo y desarrollarlo?
Sobre el autor: Francesc Domínguez es consultor de marca personal y marketing jurídico, desde 2001. Sus libros más recientes son: De despacho competente a despacho competitivo y La marca personal del abogado.